Los acontecimientos de los últimos tiempos han sido graves: las batallas contra el Estado Islámico en Siria e Irak; los enfrentamientos entre diferentes naciones del mundo; la latente amenaza de un colapso económico a escala global; la carrera de los países más poderosos y las consiguientes maniobras llevadas a cabo en Rusia con 40 millones de rusos para saber qué hacer y a donde ir en caso de un ataque.

Estos peligros nos acechan a todos, sólo que la mayoría de los gobiernos por el momento prefieren hacer caso omiso de estas circunstancias, probablemente para no generar alarma y pánico entre la población. Los medios de comunicación no se plantean entregar información veraz y oportuna de manera que la mayoría de nosotros no sabe qué está ocurriendo realmente.

Este escenario, con guerras “pequeñas” esparcidas a lo largo y ancho del planeta, nos pueden estar indicando que vamos dirigiéndonos en línea recta hacia un desenlace que muchos ya tememos que se esté presentando: una gran guerra mundial. Mientras tanto la mayoría de nosotros se mantiene al tanto de los debates entre Donald Trump y Hillary Clinton, las misiones a Marte y las explosiones de los Samsung Galaxy S7.

Qué falta para que sea oficial, tal vez el anuncio de que un país le declara la guerra al otro oficialmente y frente a las cámaras de televisión?

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